viernes, 31 de agosto de 2007

"STRANG" por Sr. Sarcasmo

Strang llegó corriendo al laboratorio. Parecía no haber comido durante dos o tres días, pues estaba escuálido. El abundante pelo negro y los ojos achinados le daban un aspecto asiático.

Strang era un poco extraño. Para empezar, se dedicaba a buscar vida de otros planetas. Esto se debía q que, veinte años antes, en su juventud, lo habían abducido los extraterrestres. Aquella noche, despertó a medio barrio gritando el extraño suceso que le había ocurrido. Por su puesto, nadie le creyó. Incluso sus amigo y familiares decían que siempre había sido muy raro.

Volviendo al presente, la causa por la que Strang había entrado corriendo al laboratorio era su aeex ( tal y como él lo llamaba). Se trataba de un pequeño aparato que, colocado en la oreja, era “capaz” de interceptar sonidos extraterrestres. Mientras iba hacia el trabajo, había oído extraños sonido por el aeex (siempre lo llevaba encima) y había venido corriendo.

Rápidamente se colocó delante de cientos de aparatos que daban vueltas y encendían lucecitas. Llevaba quince años buscando a los otro seres y, según él, cada vez estaba más cerca de conseguirlo.

Justo cuando se había concentrado y estaba a punto de obtener resultados, sonó el teléfono. Refunfuñando, lo cogió y preguntó quién era.
-¿Strang? –preguntó una voz.
-Sí, soy yo –contestó.
-Hola, no sé si te acordarás de mí, soy Ernesto, tu antiguo amigo.
-¡Sí! ¡Claro que me acuerdo! –exclamó Strang entusiasmado- ¿Qué quieres?
-Es que vamos a celebrar una fiesta de recuerdo de compañeros del colegio y pensé que a lo mejor querrías venir.
-No sé...
-Espero que vengas, porque me ha costado mucho encontrar este teléfono.

Después de despedirse, colgó. Por un lado, le gustaría ir, ya que no había tenido mucha relación social durante todo ese tiempo, excepto con los “bichos raros” que trabajaban con él. No tenía ningún buen amigo y era hora de que tuviese algunos. Pero, por otro lado, no podía abandonar los experimentos importantes de comunicación que llevaba a cabo.

Tras pensar durante un largo rato, decidió ir a la fiesta. Estaba situada en un camping de las afueras de la ciudad, rodeado de un pequeño bosque. Por supuesto, no se separó de su aeex, pegado a la oreja en todo momento. Éste, durante todo el camino, estuvo haciendo unos ruidos que nunca antes había hecho. Eran tan fuertes que a Strang le dolía la cabeza.

Arrepentido de haber ido a la fiesta, se sentó en una mesa arrinconada del chiringuito que habían montado.

Alguien lo saludó, levantó la vista y se dio cuenta de que era Ernesto.
-¿Por qué no te sientas con todos allí? –preguntó.
-Porque no; me duele la cabeza. Creo que hay marcianos cerca –dijo tocándose el aeex.
-¡Estás loco!
-¡Mira imbécil! –gritó Strang escandalizado- Cuando me abdujeron los extraterrestres, me dijeron que les ayudase a destruir a la humanidad.
-Bueno, Strang, si te digo la verdad fuimos yo y otros amigos los que te secuestramos disfrazados de marcianos para que tú te creyeses eso, ¡pero no creí que llegarías tan lejos con ese rollo!

Strang se levantó casi llorando y se adentró corriendo en el bosque. No se podía imaginar que le hubiesen hecho aquello en el pasado esos niñatos. Pensaba que había perdido toda su vida. Pero mientras corría, los ruidos de aeex se hacían mayores.

De repente, al llegar a un claro, una gran luz invadió la zona. Una voz le dijo con total claridad que se acercase. Y lo hizo. Algo de esa voz le decía que no había peligro. ¡Quién sabe! A lo mejor, ahora sí que haría verdaderos amigos.

Sr. Sarcasmo

miércoles, 29 de agosto de 2007

"La Charada de Dumas" por PoorPooLand

Hace tiempo, unos seis meses o así, fui a Quorum un sábado por la mañana y me compré "La Divina Comedia", de Dante, y, de vuelta a mi casa, pasé por la puerta de Quorum 2, esa tiendecita que casi pasa desapercibida por su tamaño y sus colores oscuros. Entré y me puse a ojear y hojear por allí los diferentes libros hasta que encontré uno que me llamó mucho la atención por la portada y el título. En la cubierta se veía un dibujo antiguo de varios esqueletos bailando una macabra danza tras el título "Historia de un muerto contada por él mismo" de Alejandro Dumas, nada menos. Lo cogí y le di la vuelta. Pude comprobar que se trataba de una compilación de ocho historias, ocho relatos, fantásticos y de terror. Lo hojeé por dentro, topándome con el principio del primer relato, cuyo título daba nombre al libro, que decía así: "Una tarde de diciembre estábamos tres amigos en el taller de un pintor. Hacía un tiempo oscuro y frío, y la lluvia repiqueteaba en los cristales con su ruido monótono y continuo.". Aquel día era igual, nublado, frío, y a punto de ponerse a llover. Lo compré.

Lo fui leyendo a ratos, compaginándolo con otros libros, haciéndolo durar ya que no tiene más de 220 páginas. Ayer me leí el final. El último relato: Deseo y Posesión. Pero no es un relato, bueno, algo así. Es una alegoría expuesta en forma de charada, acertijo, que el señor Dumas publicó en un diario francés en 1860. A continuación lo copié a ordenador y lo voy a exponer aquí para que lo leáis e intentéis adivinar que muestra, qué expresa, qué esconde. Es muy cortito y se lee muy fácil, así que no seáis más flojos y leedlo.

Una mariposa reunía en sus alas de ópalo la más dulce armonía de colores: blanco, rosa y azul.
Como un rayo de sol iba revoleteando de flor en flor y, cual flor voladora, subía y bajaba, jugando por encima de la verde pradera.
Un niño que intentaba sus primeros pasos por el césped tornasolado la vio y, de repente, se sintió invadido por el deseo de atrapar aquel insecto de vivos colores.
Pero la mariposa estaba acostumbrada a este tipo de deseos. Había visto como generaciones enteras se quedaban sin fuerza persiguiéndola. Revoloteó delante del niño y fue a posarse a dos pasos de él; y, cuando el niño, ralentizando sus pasos y conteniendo la respiración, extendía la mano para cogerla, la mariposa alzaba el vuelo y recomenzaba su viaje desigual y deslumbrante.
El niño no se cansaba; el niño lo intentaba una y otra vez.
Tras tentativa abortada el deseo de poseerla, en vez de apagarse, crecía en su corazón, y, con paso cada vez más rápido, con la mirada cada vez más ardiente, el niño salía corriendo detrás de la linda mariposa.
El pobre niño había corrido sin mirar atrás; de manera que, cuando hubo corrido un buen rato, ya estaba muy lejos de su madre.
Del valle fresco y florido, la mariposa pasó a una llanura árida y poblada de zarzas.
El niño la siguió hasta esa llanura.
Y, aunque la distancia ya era larga y la carrera rápida, el niño, que no se sentía cansado, no paraba de perseguir a la mariposa, que se posaba, cada diez pasos, en un matorral, en un arbusto o en una sencilla flor silvestre y sin nombre, y siempre alzaba el vuelo en el momento en que el muchacho creía tenerla ya.
Porque, mientras la perseguía, el niño se había convertido en muchacho.
Y, con el invencible deseo de la juventud, y con su indefinible necesidad de posesión, no dejaba de perseguir al brillante espejismo.
Y, de vez en cuando, la mariposa se detenía como para burlarse del muchacho, introducía voluptuosamente su trompa en el cáliz de las flores y batía amorosamente las alas.
Pero, en el momento en que el muchacho se aproximaba, jadeando de esperanza, la mariposa se abandonaba a la brisa, y la brisa se la llevaba, ligera como un perfume.

Y así pasaron, en esa persecución insensata, minutos y más minutos, horas y más horas, días y más días, años y más años, y el insecto y el hombre llegaron a la cima de una montaña que no era otra cosa que el punto culminante de la vida.
Persiguiendo a la mariposa, el adolescente se había hecho hombre.
Allí, el hombre se detuvo un instante para considerar si sería mejor volver atrás, pues la vertiente de la montaña que le quedaba por bajar le parecía muy árida.
Abajo, en la falda de la montaña, al contrario del otro lado donde, en encantadores parterres, ricos y vergeles y verdes parques, crecían flores perfumadas, plantas raras y árboles cargados de fruta; en la falda de la montaña, decíamos, se extendía un gran espacio cuadrado cercado por muros, al cual se entraba por una puerta abierta ininterrumpidamente, y donde no crecían más que piedras, unas tendidas en el suelo, las otras erguidas.
Pero la mariposa se puso a revolotear, más deslumbrante que nunca, ante los ojos del hombre, y tomo la dirección del recinto cerrado, siguiendo la pendiente de la montaña.
Y, ¡cosa extraña!, aunque aquella carrera tan larga tendría que haber fatigado al viejo, porque, por su pelo canoso, se podía reconocer como tal al insensato corredor, su paso, a medida que avanzaba, se hacía más rápido; solo se podía explicar por el declive de la montaña.


Y la mariposa se mantenía siempre a la misma distancia; solo que, como las flores habías desaparecido, el insecto se posaba en cardos espinosos o en desnudas ramas de árboles.
El viejo, jadeando, no paraba de perseguirla.
Al final, la mariposa pasó por encima de los muros del triste recinto, y el viejo la siguió, entrando por la puerta.
Pero apenas había dado unos pasos cuando, mirando a la mariposa, que parecía fundirse con la atmósfera grisácea, chocó con una piedra y cayó.
Tres veces intentó levantarse, y tres veces volvió a caer.
Y, no pudiendo correr ya más detrás de su quimera, se contentó con tenderle los brazos.
Entonces la mariposa pareció apiadarse de él y, aunque había perdido sus colores más vivos, se puso a revolotear por encima de su cabeza.
Tal vez no eran las alas de insecto las que habían perdido sus vivos colores; tal vez eran los ojos del viejo los que se había debilitado.
Los círculos descritos por la mariposa se fueron haciendo más y más estrechos, y al final se fue a posar sobre la pálida frente del moribundo.
En un último esfuerzo, éste levantó el brazo, y con la mano tocó, por fin, la punta de las alas de aquella mariposa, objetos de tantos deseos y tantas fatigas; pero, ¡qué desilusión!, se dio cuenta de que aquello que había estado persiguiendo no era una mariposa, sino un rayo de sol.

Y su brazo cayó frío y sin fuerzas, y su último suspiro hizo estremecer la atmósfera que pesaba sobre aquel camposanto…


Gracias por leer

J.R.R.G.

lunes, 27 de agosto de 2007

Memorias de Idhún (1ª Parte) por P.J.O.R.

¡Aiya, mis queridos breakfastclanianos!

Tras muchos ruegos por vuestra parte y ahora que tengo algo que compartir con el mundo, he decidido hacer mi primera aparición en Breakfast Clan. Seguro que muchos de vosotros ya sabéis quién soy, y si no, doy por sentado que lo deduciréis antes de que esto acabe.

En primer lugar me gustaría decir que me ha encantado la historia de Pedro Sánchez. En mi opinión ha sido muy divertida y doy por sentado que se habrá reído muchísimo leyéndola. Lastima que yo no haya podido participar, me hubiera encantado soltarle todo tipo de fricadas de las que él fuera el protagonista. (Aquí tenéis un par de pistas para ir deduciendo quien soy).

También me he leído las premoniciones del séptimo libro de Harry Potter de un tal Tilacino. Aunque me alegro de que haya acertado la mayoría, que sepas, Tilacino, que todo eso ya me lo contase tu en persona y me lo estuviste recordando durante los meses de exámenes de este curso. ; )

Cambiando de tema. Los escritores de El Faro estaréis ansiosos de saber si me lo he leído ya o no y de saber mi opinión. Lamento comunicaros que no, no me lo he leído todavía. Pero juro por mi Honor de Caballero que me lo iré leyendo poco a poco.

Y ahora, lo que todos estabais esperando: el verdadero motivo de mi presencia aquí, aquello que ha hecho posible que empiece a aparecer en Breakfastclan, algo que estoy deseando compartir con vosotros y que estoy seguro que os desilusionara un poco… Pero, ¿qué se puede esperar de mi? (mi mente es demasiado simple para otras cosas). Señores, ansío comunicaros que me he terminado un libro llamado Memorias de Idhún, de una española que se llama Laura Gallego García y estoy deseando compartirlo con vosotros.

Al libro le pongo un sobresaliente. Y toda la gente que se lo ha leído habla maravillas de él. Tiene casi todo lo que se pueda esperar de un libro de aventura fantástica: Espadas, magia, dragones, aventura, amores imposibles, sexo (en el tercero) y muerte… Para los que anden un poco perdidos (como lo estaba yo), que sepan que el libro es una trilogía: el primero se llama La Resistencia, el segundo La Triada y el tercero Panteón. El argumento y la historia son bastante originales, teniendo en cuenta que se trata de la eterna lucha entre el Bien y el Mal, ya que los hilos se enredan de una manera sorprendente. También es digno de mención el hecho de que no incluye elfos o enanos. Solo los humanos, los dragones y los unicornios son las rezas que aparecen en este libro y que ya hayamos oído hablar de ellas anteriormente. Pero aparecen muchas más. Todas inventadas. Como los varu, los szishs o los yan, entre otras y algunas modificadas, como las hadas, que ahora son de tamaño humano (cuando yo siempre me las imaginaba de tamaño Barbie). También es digno de destacar que no se trata sólo de “matar a los malos”, sino que, en algunas ocasiones, se acerca a ellos casi como si fueran “los buenos” y delatan sus miedos, sus deseos, sus pasiones y sus amores, y te los hace ver mas humanos que como los ves a través de los ojos de los protagonistas. (Y tú mismo dices: “Puf, ahora me da pena que maten al shek…”). Esto se aprecia mas al final, cuando… bueno, mejor me callo. Definitivamente, le pongo un sobresaliente, pero no un diez. A mi parecer, el libro tiene un par de fallitos. El más gordo es, quizás, que unos niños de trece años (los protagonistas Jack y Victoria) no están preparados psicológicamente para despertar en su interior sentimientos tan intensos como los que describe la escritora. Son muy niños. A mí, personalmente, creo que esa primera experiencia que vive Jack cuando llega a casa me traumatizaría de por vida y no estaría preparado a los tres días para empuñar una espada y embarcarme en una cruzada personal. Y el amor que surge mas tarde… vale, yo también me he enamorado a esa edad, pero han sido más bien pequeños caprichos pasajeros, y no el amor tan puro y sincero que hay en el libro y que obliga a la pareja luchar contra viento y marea porque la sociedad no admite esa relación. Y luchan por ese amor. ¡Vaya si luchan!

A continuación haré un breve resumen en el que juro por mi Honor de Caballero no desvelar nada más que lo básico e intentaré no destripar nada. Luego pondré un resumen más extenso (muy, muy extenso. Demasiado extenso creo), con el final y todas las cosas que pasan, o al menos con todas las que recuerde, para que los vagos como vosotros que no os queráis leer el libro completo tengáis una idea sobre él. (Y si sacáis una idea de esto para añadirlo a EL Faro, pedidle permiso a Laura Gallego antes. ; ) )

La historia trata de unos personajes que vivían en este, nuestro, planeta (la Tierra, para los que estén perdidos) que con la ayuda de un mago y un caballero de Idhún (otro planeta muy parecido a este en el que también hay humanos, además de otras razas) tienen que evitar que “los malos”, que también son idhunitas, asesinen a cierto tipo de personas, aquí en la tierra. Estos “malos” están buscando entre, otras victimas, a un Dragón y a un Unicornio que los magos de Idhún enviaron a la Tierra para protegerlos, a través de portales mágicos. (Nada de naves espaciales, ni extraterrestres ni nada por el estilo, que nadie se haga una idea equivocada.). Cuando dan con ellos se los llevan a Idhún para que les ayude a enfrentarse a un mago que, junto con un ejercito de sheks (Serpientes aladas, los enemigos acérrimos de los dragones), tiene sometido a todo Idhún. Lo que los protagonistas no sabían era que al hacerlo desencadenaban el poder del Dios oscuro, haciendo que los demás dioses bajen al mundo terrenal para destruirlo, con el pequeño inconveniente de que para ellos todos los demás seres mortales son insignificantes. Sobretodo si pueden crear otro mundo después de destruir este en su lucha. Así que, sin lugar al que huir de la furia de los dioses, a los protagonistas no les queda otra que intentar impedir esta lucha. Pero como se puede interponer una hormiga en la incipiente lucha de siete Titanes…

Increíble, ¿verdad? En mas de una ocasión e sudado a chorro leyendo esto. Ahora, los que no queráis saber mas os recomiendo que no sigáis leyendo porque esta vez contaré quien muere y quien no. Además daré los nombres de los personajes para que no sea tan lioso y contare el final. Así que, si te lo quieres leer y no quieres que te destripe nada, retírate. Te estoy diciendo que dejes de leer. ¿Estas seguro de que quieres seguir? Tío, no seas cansino, que merece la pena leerlo. ¡Vale! Pues nada, tú mismo…

La historia empieza con Jack, un muchacho de unos trece años que llega a su casa con un mal presentimiento. Haya a sus padres, muertos, y a sus asesinos. Otros dos personajes aparecen y lo salvan y se lo llevan a un refugio llamado Limbhad. Allí sus salvadores Shail, el mago y Aslan, caballero de Nurgon, le explican que vienen de Idhún y que sus padres han sido asesinados por Kirtash y por otro mago llamado Elrion. Ambos asesinos han sido enviados por Ashran, el Nigromante, aquel que tiene Idhún sometido, para buscar y matar al último unicornio y al último dragón que quedaban con vida y que habían sido enviados a la Tierra. De paso mataban también a todos los Idhunitas exiliados que buscaban refugio de la guerra que había estallado en su planeta natal. En Limbhad, Jack conoce a Victoria, de su misma edad y a quien Kirtash tiene en su mirilla. El muchacho decide unirse a La Resistencia (formada por Shail, Victoria y Aslan) y luchar contra Kirtash y el mismísimo caballero de Nurgon le enseña a luchar con la espada. La Resistencia descubre, con horror que Kirtash es un híbrido, una mezcla entre humano y shek y puede adoptar una u otra forma. Por una serie de causas, Victoria empieza a sentirse atraída por Kirtash y termina enamorándose de él.
Mientras tanto, Shail y Aslan ponen al corriente a Jack de lo que ha pasado en Idhún y de lo que les ha hecho embarcarse en esta misión. El día que Ashran subió al poder, se produjo una conjunción astral y los planetas se alinearon. Esta alineación lo ayudó a traer de vuelta a los sheks (a quienes los dragones habían echado de Idhún tiempo atrás) y a exterminar a todos lo dragones y unicornios que vivían. Todos salvo dos. Una cría hembra de unicornio, que la encontró Shail (a la que llamaron Lunnaris) y otra cría macho de dragón, que la encontró Alsan (a la que llamó Yandrak). Los llevaron rápidamente a la torre de hechicería donde los magos los mandaron a la Tierra para protegerlos. Luego habían mandado al mago y al caballero que los encontraron para que cuidaran de ellos. Esa era la principal misión de La Resistencia. Pero los portales mágicos habían sido cerrados cuando ellos lo cruzaron y ya no podían volver. Mientras investigaban como volver a abrirlos, buscaban en las bibliotecas lugares donde hubiera leyendas de dragones o de unicornios. Obtuvieron un par de pistas que no les conducía a nada y descubrieron la existencia de un par de objetos mágicos idhunitas que podrían servirles contra Ashran y sus sheks. Pero Kirtash siempre llegaba antes y en uno de estos objetos, un báculo hecho por y para unicornios, les preparó una trampa a La Resistencia y, a pesar de que el báculo obedeció la orden de Victoria y lo pudo empuñar contra el asesino, capturó a Alsan. Se lo llevó a un castillo de la edad media que estaba abandonado (o que había comprado, no me acuerdo), donde tenía oculto un pelotón de szishs (hombres – serpiente mandados desde Idhún por Ashran). Elrion, el mago, hizo una serie de experimentos con Alsan y lo convirtió en una especie de hombre – lobo. Durante el rescate, el duelo entre Kirtash y Jack fue titánico. Los sheks, como Kirtash, tenían afinidad con el hielo y Jack, por alguna extraña razón, con el fuego. Un odio incomprensible se apoderaba de ambos, del frío Kirtash y del simpático Jack, cada vez que ambos e enfrentaban .Hubo un momento en que Victoria estaba a solas con Kirtash y este, que también se había enamorado de ella, le pidió que se fuera con él porque no quería matarla. Ella aceptó. Entonces aparecieron los dos magos, Shail y Elrion. Este último le lanzó un hechizo al mago de la resistencia y Kirtash, sabiendo que Shail era como un hermano para Victoria, intentó protegerlo con otro hechizo, pero creyó que no pudo porque el mago desapareció. Sin pensárselo dos veces, él mismo mató a Elrion, con la frialdad e indiferencia típicas de un shek. Cuando llegó Jack con Alsan, escaparon de allí mediante la magia de Victoria, que Shail le había estado enseñando, de vuelta a su refugio. Ahora Aslan tenía unos rasgos más fieros, casi lobunos. Y con cada luna llena se transformaba en una bestia fiera y sangrienta. El caballero de Nurgon, temiendo hacer daño a sus amigos, huyó de Limbhad. Y Jack, que sentía por él lo que Victoria por Shail, discutió con la chica acerca de si debían ir a buscarlo o no. Al final se fue solo, enfadado y sin Victoria. Y sin magia no pudo volver a Limbhad.
Dos años después de deambular por el mundo sin rumbo, fue Alsan quién dio con Jack y luego con Victoria y reunió a La Resistencia. Seguían luchando contra Kirtash. En uno de los fugaces encuentros entre la muchacha y el asesino, éste le regalo un anillo a través del cuál ambos sentían al otro: cómo estaba, dónde estaba, qué sentía…
Pasan una serie de cosas más que no recuerdo bien. Entre ellas, aparece en escena la abuela adoptiva de Victoria, Allegra que resultó ser otra idhunita exiliada, a la que Kirtash perdonó la vida porque estaba protegiendo a Victoria. Ella se enamoró también de Jack y la pobre estaba hecha un lío porque no sabía por cual de los dos decidirse y cada vez les gustaban más, con sus defectos y sus virtudes. El problema era que ambos chicos se odiaban a muerte y se sentía como una traidora por enamorarse del enemigo.
Ashran, al ver que estaba perdiendo el control de su hijo Kirtash, lo torturó para que trajera a la chica ante él, porque, sin verla siquiera, ya sabía lo que era ella en realidad. Mientras hacía esto, envió a un destacamento de sus soldados, bajo el mando de Gerde (una hada hechicera que le gustaba coquetear con todos los hombres), a atacar la casa de Allegra, donde estaba La Resistencia. Victoria sintió el dolor de Kirtash a través del anillo, como si la torturaran a ella también. Pero para poder ayudar a Jack en la batalla, se tuvo que quitar el anillo y Kirtash se sintió solo de repente, a pesar de que había aguantado por ella, y se sometió de nuevo a la voluntad de su padre. En cuanto Kirtash se rindió, Gerde se retiró. La distracción había funcionado.
Luego Allegra les confesó (lo que yo ya sospechaba desde la mitad del libro) que Lunnaris, el último unicornio, era Victoria. Y que la adoptó porque vio la luz del unicornio tras los ojos de la niña. La misma luz que tanto Kirtash como Jack habían visto también (un detalle importante a la hora de enamorarse de ella). El cuerpo del unicornio (y sospechaban que el del dragón también) había sido destruido al traspasar la puerta entre los mundos y sus almas se habían metido en el cuerpo de dos niños que aun no habían nacido. Entonces, ¿dónde estaba Yandrak?
Allí fue cuando La Resistencia se dio cuenta de que Ashran había creado al híbrido para cruzar el portal, y por eso no mandaba su ejército de sheks, porque morirían por el camino. Luego apareció Kirtash y Victoria muy preocupada por él se le acercó pero el shek, dominado por su padre, se la llevó de la Tierra a Idhún a través de un portal y La Resistencia no pudo perseguirles. La llevó ante su padre, Ashran, porque el mago quería tener al último unicornio para si, la única cosa capaz de entregar el don de la magia, que quedaba en el mundo. Cuando corrió la voz por Idhún de que el último unicornio había sido encontrado y que estaba en las manos de Ashran, el Nigromante, se alzaron en una batalla contra él y la rescató nada mas y nada menos que Shail ayudado por Kirtash, que ya se había “recuperado” por así decirlo y se había librado del control de su padre. Por lo visto, cuando el asesino intentó proteger al mago durante el rescate de Alsan, lo que hizo fue enviarlo a Idhún a través de un portal, pero no estaba seguir de haberlo conseguido y por eso le dio por muerto. Shail volvió a Limbhad con Victoria, donde estaba la desesperada Resistencia, mientras Kirtash se enfrentaba a su padre para cubrirles la retirada. Cuando huyeron, el shek intentó escapar pero otros Sheks le atacaron y no se sabe como, apareció medio muerto en Limbhad. Tras las suplicas de Victoria, perdonaron al Shek. Fue entonces cuando dedujeron que el espíritu de Yandrak se encontraba dentro de Jack y cuando se hubieron recuperado, decidieron volver a Idhún para cumplir la profecía. “El último dragón y el último unicornio derrotarán a Ashran y un shek les ayudará y les abrirá la puerta”. Y Kirtash abrió el portal para que la resistencia viajara a Idhún.

Memorias de Idhún (2ª Parte) por P.J.O.R.

Tal y como llegan a Idhún, hay un gran destacamento de Sheks esperándolos. Ellos huyen pero a Shail le muerden en una pierna y por culpa del veneno se la tienen que amputar luego. Al final encuentran donde esconderse: el Bosque de Awa. Un bosque mágico donde se ocultan los sublevados al reinado de Ashran cuyas flores, alimentadas por la luz de las lunas produce un escudo al rededor de todo el bosque y solo los Silfos y las Hadas (los habitantes del bosque de Awa) pueden deshacerlo. Allí, cada uno decide ir en una dirección.


Allegra va a ver a los Bárbaros para que se unan a ellos. Allí está Gerde, que con sus coqueterías tiene engatusada a todas las tribus bárbaras y tras un duelo la abuela de Victoria huye de allí. La huída lleva a Gerde a una torre donde esta Kirtash. Nuevamente intenta someterlo con sus coqueterías, pero el shek la mata y envía el cadáver a su padre.

Alsan, que resulta que es el Príncipe de Vanissar (uno de los reinos humanos) va recuperar lo que le pertenece. Pero las serpientes lo están esperando y su propio hermano, que regenta el trono, lo traiciona, pero consigue escapar de la trampa gracias a los Nuevos Dragones. Éstos son rebeldes que construyen dragones de madera, a escala real, dentro del cual va un piloto humano que lo maneja. Son artificiales, pero son igualmente efectivos. Mediante la magia les dan “vida” de manera que parezcan reales (hasta escupen fuego). El resultado es tan real que los Sheks se vuelven locos de rabia al verlo y los atacan sin formación, olvidando toda precaución y toda frialdad, típicas de los Sheks. Tras su encuentro con los Nuevos Dragones y sus constructores, Alsan se une a ellos y viajan hacia la antigua fortaleza de Nurgon, sede de los legendarios caballeros. La reconquistan y la usan como base para reunirse.

Kirtash se fue al norte, a que Ydeon, el gigante, un mítico forjador de espadas, le reforjara a Haiass, su espada, rota en un duelo contra Jack o contra su padre. Su arma, al igual que la del dragón o la de Alsan, eran espadas legendarias y no podían ser forjadas por cualquier herrero. Además, se necesitaba magia. De paso, con la soledad de las tierras del norte (la tierra de los gigantes), recuperar su parte Shek que esta siendo oprimida por su parte humana, debido al amor que siente por Victoria.

Jack se dirige al sur, a la tierra de los dragones. Victoria no sabe con cual de los dos irse y al final decide irse con Jack. Shail, cuando se recupera de su pierna, sigue a Jack y a Victoria acompañado por Zaisei, una celeste (otra raza de Idhún parecida a los humanos) muy especial para él. De camino a la tierra de los dragones, Jack y Victoria conocen a Kimara, una semiyan que vive en el desierto (Los yan son otra raza) y que los guía a través de él. Tras una batalla con los sheks que los estaban esperando en los límites del cementerio de dragones, Victoria le entrega la magia a la semiyan.

Mas tarde, de vuelta de la tierra de los dragones, se les incorpora Kirtash. Jack es más dragón que nunca y el otro tiene su espíritu Shek recién renovado. No pueden evitar sentir odio mutuo. Un odio que los dioses les otorgaron cuando los crearon para luchar. Se enzarzan en una pelea brutal, tanto en el cuerpo humano como en el cuerpo del dragón y del shek. Al final, el asesino hiere a Jack y lo hace caer en un volcán, que en realidad es un portal a otro mundo: Umadhum. Este nuevo mundo es donde los sheks estaban antes exiliados, donde los dragones los encerraron, antes del día de la conjunción astral y de que Ashran los trajera de vuelta y exterminara a sus enemigos. Allí, una shek que tiene un interés personal en matar a Ashran y al rey de los sheks (porque la obligaron a usar a sus hijos para crear al híbrido Kirtash), lo ayuda, le cura y le enseña a controlar parte de su odio, o a enfocarlo hacia otra cosa que no fueran lo sheks. Cuando lo creen oportuno, ambos vuelven a Idhún atreves del portal del volcán.

Pero durante todo ese tiempo, a Jack le dan por muerto. Y Victoria jura matar a Kirtash, a pesar de todo lo que lo ama. Se sentía como una traidora hacia Jack, porque le pidió que perdonara la vida del shek cuando apareció en Limbhad y a cambio, le arrebata la vida del otro hombre (o dragón) al que tanto amaba. Y para enmendar su error le persigue por medio mundo. Durante el camino se encuentra con Yaren, un joven que ansia por encima de todo ser mago. Acompaña a Victoria y la presiona para que le entregue la magia. Al final ella cede, pero lo único que le puede dar es una magia impregnada de los sentimientos oscuros de ira y dolor que ella sentía, una magia corrupta. Y Yaren se va, sintiendo como la magia lo torturaba por dentro. Tras esto, Victoria da con Kirtash y en medio de la pelea, el la besa creyendo que así podía calmarla y en ese momento ella le atraviesa el estomago con la espada de Jack, Domivat. Cuando el shek estaba en el suelo, mortalmente herido y la muchacha le va a dar el golpe de gracia, aparece Jack y se interpone entre ambos. Así a la muchacha se le desaparece su sufrimiento, su odio y su deseo de venganza. Curan a Kirtash mediante la magia de la mujer y él no le guarda rencores.

Cuando el shek se recupera, deciden ir a matar a Ashran. Para ello dejan a Victoria durmiendo y ellos dos se van solos, con intención de mantenerla a salvo, a por el nigromante, mediante un hechizo de teletransportación. Pero cuando irrumpen en la sala donde los esperaba el mago y el rey de los sheks, Zeshak, son rápidamente neutralizados. Entonces Victoria va a rescatarlos y le ayuda la shek “amiga” de Jack.

Esa misma noche era año nuevo. Es decir, la noche del Triple Plenilunio. Ashran, decidido atacar el bosque de Awa y la fortaleza de Nurgon y envía a todos sus shek y szishs a luchar. En esa fortaleza se había reunido todos los rebeldes: Alsan, un grupo de caballeros de Nurgon, los Nuevos Dragones, Kimara (que se había echo una hábil piloto de dragones artificiales), Allegra con los bárbaros, y todos los silfos y hadas que había en el bosque y que habían echo crecer este al rededor de la fortaleza para protegerla con su escudo. Pero Ashran, aprovechando el Triple Plenilunio y la amplificación de su poder, le echo una especie de maldición a las lunas, de forma que su luz marchitara las flores que protegían el bosque de Awa. En unos minutos el escudo se desvaneció y los sheks atacaron. Pero el líder de todos los rebeldes, Alsan, debido al efecto de las tres lunas, se convirtió en una bestia sangrienta y completamente fuera de control, mucho mas terrorífica que la que lo dominaba cuando lo afectaba la Luna de la Tierra. Se perdió por el bosque matando a muchos, sean de un bando o de otro, entre ellos, a su propio hermano.

Cuando victoria llegó adonde estaban los dos muchachos retenidos, Ashran le dijo que eligiera a uno y la dejaría irse con él. Pero al otro se lo quedaría y lo mataría. Ella, incapaz de decidir, se sacrificó a si misma para salvar la vida de los otros dos. El mago la hizo transformarse en unicornio y luego le arrancó su cuerno para obtener la única cosa que los magos no podían hacer, entregar magia y crear nuevos hechiceros (que se hacía rozando el cuerno con alguien). En un ataque de furia, Jack, convertido en dragón, se liberó y arremetió contra el mago. Y Kirtash convertido en humano también.

En otra habitación luchaban a muerte los dos padres de la parte shek de Kirtash: Zeshak y la “amiga” de Jack.

Al final consiguen matar a Ashran y al hacerlo, liberan de su interior un espíritu, una sombra: el Séptimo dios, el dios oscuro. Una vez liberado, se mete en el cuerpo de Gerde, que está oculto. La posee y la resucita, y vuelve al mundo como una diosa en el cuerpo de una mujer. Aunque esto último nadie lo sabe.

Por el otro lado, Nurgon ya ha sido completamente tomada por los sheks y los szishs y los supervivientes se retiran al bosque, buscando refugio entre los árboles. Kimara lucha desde el aire, pilotando un dragón, pero un puñado de ellos no pueden hacer nada contra cientos de sheks. La batalla esta perdida. Allegra, oculta en un árbol junto con otro mago, Quaydar, decide hacer un hechizo conjugado con el del otro mago, para hacer arder el cielo, extendiendo unas enormes lenguas de fuego por el aire, en todas direcciones. Al hacerlo, la magia que emplean la mata. El sacrificio de su vida se llevo también a más de cuatrocientos sheks. Tras esto, los sheks se retiran.

Los supervivientes se reúnen en la torre de hechicería celebrando la muerte de Ashran y la derrota de los sheks, aunque muchos sobrevivieron y se dispersaron. Victoria había caído en una especie de coma tras la perdida de su cuerno y necesitó casi cinco meses para que le volviera a crecer y su parte unicornio no muriera. Durante ese tiempo, Gerde había reunido a los szishs y a los sheks (y con el cuerno que Ashran tenía fue creando más magos) y se preparaban para exiliarse de este mundo e ir a la tierra y conquistarla poco a poco. Yaren es ahora la mano derecha de la hechicera y en una ocasión, por venganza, intenta asesinar a Victoria mientras ella esta convaleciente, pero el shek lo hace huir.

Kirtash se había ido de nuevo al norte para recuperar su parte shek que una vez mas había menguado.

Shail viajó siguiéndole la pista a Alsan, desaparecido tras la batalla y llego también al norte. Allí fue testigo, junto con Kirtash e Ydeon (el gigante forjador de espadas hizo una pierna de metal pasa Shail y con magia le dieron “vida” al igual que hacían con los dragones), de unos violentos temblores de tierra, que asociaron con el dios de la roca. Un dios había bajado a la tierra en busca del Séptimo. Pero no bajó solo. Poco a poco se fueron representando los distintos dioses, seres inmateriales que venían de un universo inmaterial y que no tenían forma, pero alteraban brutalmente los elementos que ellos mismos habían compuesto. El problema era que los mortales son insignificantes para ellos y les daba igual matarlos (sobretodo teniendo la posibilidad de crear un mundo nuevo sin ningún esfuerzo).

Poco después, un huracán arrasó parte del continente y las tierras de los celestes, una enorme bola de fuego, como un sol en miniatura, derretía las arenas del desierto de los yan, una gigantesca ola destrozó las ciudades costeras y el reino oceánico, hogar de los varu, los bosques de las hadas y los silfos empezaron a crecer a velocidad desmesurada, los árboles brotaban casi al instante, por culpa de la diosa de la vida y una luz tan cegadora que derretía las pupilas, se aposentó sobre los reinos humanos.

Cuando Victoria mejoro, se fue con Kirtash a la Tierra, lejos de los dioses. Ella, como unicornio que era, absorbía la magia del medio. Y cuando los dioses, que son pura energía, están presentes, ella se sobrecargaba de magia, hasta el punto de poder explotar. Una situación muy grave para alguien en un estado tan débil. El shek, en cambio, estaba siguiendo las órdenes de Gerde (pero estaba encantado con que Victoria se fuese con él). En esta ocasión, su parte shek la obedecía por ser su diosa, su parte humana, por ser una mujer capaz de controlar a los hombres con sus coqueterías, así que no le quedaba más remedio que obedecerla.

Mientras, Jack se había quedado en Idhún para intentar hacer algo y ayudar en lo que pudiera, que no era otra cosa que adelantarse a los dioses y dar la alarma para que evacuaran las ciudades. (También ayudó a Shail a hacer entrar en razón a Alsan para que volviera cuando el mago dio con él.)

Los Seis sabían que el Séptimo estaba oculto en un cuerpo, pero no sabían cual. Si daban con él, la batalla entre los Siete sería tan brutal que arrasarían el planeta entero. Kirtash sabía esto, o lo intuía, por eso se fue con Gerde, para protegerla y para apremiarla a que se fuera a la Tierra. Aunque luego le propuso un plan mejor: que ella misma creara un mundo nuevo para ella y los sheks.

La mayoría (Alsan, Quaydar, la Madre de la Iglesia…) veía esto como una traición y no aprobaban la relación que éste mantenía con Victoria. La presionaban constantemente y a Jack lo volvían loco diciéndole que el shek había cautivado a Victoria y la estaba volviendo contra ellos. Además, lo que pensaban era que debían ayudar a los Dioses a descubrir el paradero de Gerde y proporcionarles la identidad del Séptimo, para que lo destruyeran. Tal vez, a cambio volvieran a traer a los dragones y a los unicornios, pues sin éstos últimos, la magia está condenada.

Mas tarde, Kirtash y Victoria volvieron a Idhún, él junto a Gerde y ella junto a Jack. Su relación con ambos muchachos había aumentado en seriedad. Hasta el punto de que se había quedado embarazada. Pero no sabía de cual. Tanto la unicornio como el dragón estaban de acuerdo con el shek en proteger a Gerde y cubrirle la retirada. Los demás (excepto Shail, que era el único que creía un poco a Kirtash), al oír su teoría, prácticamente los tacharon de traidores. Alsan, ya coronado como Rey de Vanissar incluso llegó a encadenar a Victoria, aun en un estado muy adelantado del embarazo. Lo hizo por varios motivos: el primero, por traidora. El segundo, porque necesitaba el anillo que le regalo Kirtash tiempo atrás, para averiguar cómo comunicarse con los dioses.

Cuando lo descubrió, viajó, junto con otros dos personajes más: Gaedalu, Madre de la Iglesia y el Archimago Quaydar (dos personajes de relativa importancia a partir de la llegada del unicornio y el dragón a Idhún) hacia un Oráculo. Y del mismo modo que Ashran se hubo comunicado con el Séptimo justo antes de que lo poseyera, Alsan y sus acompañantes se comunicaron con los Seis. Tras descubrir su indiferencia hacia los mortales y su intención “pasar olímpicamente de ellos”, vieron el error que habían cometido. Pero ya era tarde, ya le habían dicho la identidad de Gerde y los Seis ya la habían localizado. Justo entonces aparecieron Jack y Victoria, con intención de evitar lo que ya había pasado.

El shek y el dragón habían sacado al unicornio del calabozo y, ella, tras contarle lo que iba a hacer el rey, Kirtash corrió junto a Gerde para ayudarla a empezar el exilio y Jack había volado (en forma de dragón) con la chica en su lomo, en dirección al Oráculo. Alsan fue el único que pudo reaccionar. Por fin había entrado en razón y quiso acompañar a la pareja a cubrir la retirada de los sheks y ayudar en lo posible para enmendar su error.

Para cuando llegaron, Kirtash estaba agrandando el portal mágico para que cupieran los sheks. Sentían como los dioses estaban cada vez mas cerca y ya casi los tenían encima. Por otro lado, Alsan había ordenado el ataque contra la base shek tiempo atrás, y el día de la batalla era hoy y cientos de dragones artificiales volaban hacia ellos. Yandrak, cargando con los otros dos, se interpuso entre los dos ejércitos, pero no le hicieron caso. La batalla empezó. Los sheks que conseguían contener su odio, cruzaban el portal. Los que no, luchaban y morían, o bien por los dragones (artificiales pero igualmente efectivos) o por los dioses. Algunos ya habían llegado. Gerde estaba junto al portal. Sería la última en cruzar. Junto a ella estaba Assher, un szishs que sería su sustituto en ser la encarnación del Séptimo (aunque el joven szish aún no lo sabía). Llegaron todos los dioses y mediante luz mataron a Gerde. Una sombra brotó entonces de la nada, enfrentándose a los elementos de los Seis. Éstos, lucharon contra el Séptimo y lo intentaban encerrar en una prisión, como ya habían hecho antes. Pero ya nadie cuidaba de la puerta, que se hacía cada vez más pequeña. Alsan, sin pensárselo dos veces, salio corriendo hacia la puerta, clavó Sumlaris, su espada mágica, en la puerta y con su energía la mantuvo abierta mientras los sheks terminaban de pasar. Entonces Assher, enamorado como estaba de Gerde y leal a ella, se suicidó con la espada de Kirtash y tras morir, su cuerpo fue poseído por el Séptimo. Volvió a la vida y cruzó la puerta tras el último shek, despidiéndose levemente de Alsan. Cuando pasó, El Rey de Vanissar sacó la espada de la puerta y esta se cerró, justo cuando la furia de los Dioses caía sobre él y el portal cerrado. Victoria, sobrecarga de de la energía de los Siete, creó un escudo alrededor del sus amigos. Saturada de magia, su escudo aguantó la arremetida de los seis Dioses, que enseguida volvieron a su plano astral, para seguir buscando al Séptimo. Pero a la muchacha no le dio tiempo de extender el escudo hasta Alsan y el rey murió.

El niño de Victoria nació poco antes del funeral de Alsan y resultó ser hijo de Jack. Pero la muchacha seguía enamorada de los dos. No podría vivir sin uno de ellos y ambos lo comprendían. Hicieron un esfuerzo titánico para llevarse bien y no intentar matarse mutuamente (como les impulsaba a hacer el instinto y el odio). Se fueron a vivir los cuatro a una zona tranquila y pacífica. Kirtash, como siempre, se iba. Pero siempre volvía.

El sucesor del trono, que era el segundo al mando de Alsan, no se creyó la historia de los dioses y del exilio de los sheks. Decían que las serpientes estaban ocultas en alguna parte. Y que Kirtash era el culpable de todo. Al final, el shek decide irse a la Tierra, para que dejaran de perseguirlo y porque se sentía horriblemente solo y el la Tierra había un pequeño grupo de sheks que su dios no se había llevado. Aun así, seguía amando a Victoria. Antes de irse la dejó embarazada y él no lo sabía. Cuando se corrió la voz de que la muchacha había tenido un hijo con el shek, fueron a por el bebé y a por la familia entera. Y ellos huyeron hacia la Tierra, donde Kirtash los esperaba. Y así volvieron a su antiguo hogar.

Brutal. Espero que hayáis disfrutado leyendo esto, como yo escribiéndolo. Si se os ha hecho un poco largo, lo siento. He hecho todo lo que he podido y he omitido muchas cosas, pero no he podido resumirlo mas (demasiado que he metido 2000 páginas en 8).

Sin más preámbulos me despido hasta la próxima, que o bien será otro resumen del siguiente libro que me lea, o bien será el primer capítulo de la nueva serie: La Sabana.


Namárië!!

P.J.O.R.


PD: Siento haber tardado tanto pero me ha llevado más de lo que esperaba.